sábado, 6 de junio de 2015

Relato echo a partir de fragmentos de otras historias.

          Personaje 1. 
          1.Soportaba cada mañana las mismas penalidades que el grupo, como uno más de los trabajadores.2.Una noche de invierno, mientras los dos contrincantes se hallaban inmersos en su partida de ajedrez cotidiana,(...) un labriego con la gorra espolvoreada de nieve entró en la habitación a grandes zancadas.(...) Su madree estaba agonizando, que si el señor cura quería hacer el favor de darse prisa.(...) El sacerdote le siguió sin vacilar. El brigada(..) reclamó su atención en el muchacho.(...) Al cabo de 14 jugadas ya había derrotado al brigada.(...) La segunda partida acabo igual.(...) Al cabo de medio año(...) dominaba todos los secretos de la técnica del ajedrez.(...) A los 16 años había ganado una docena de premios del ajedrez(..) y a los veinte(...) campeonato(...) del mundo.(...) Desde su triunfo en el campeonato mundial se tenía por el personaje más importante del mundo, y la conciencia de haber ganado a todos aquellos intelectuales tan agudos, oradores y escritores brillantes y, sore todo el hecho de ganar más dinero que ellos, transformó su inseguridad inicial, en una vulgar ostentación de fría arrogancia.

          Personaje 2.
          2.Su apellido(...) correspondía a uno de los más antiguos linajes de la nobleza austriaca.(...) Uno de los portadores de aquel nombre había formado parte de los más íntimos amigos de Schubert y de aquella familia procedía también uno de los médicos de cámara del(...) emperador.1. Aunque parezca asombroso , el anciano de 81 años,(...) depositó sus muebles y la mayor parte de sus posesiones en un guardamuebles, se compró una GMC Duravan y la equipó con unas literas y diversos enseres de camping. Tras dejar el apartamento,(...) se instaló(...) más allá de las fuentes termales. Puso unas piedras alrededor del camión caravana para señalizar el lugar de aparcamiento,  plantó unas chumberas y unas daleas para "ajardinar" el lugar,  y luego se sentó en el desierto.            
             1.Hacia rutas salvajes. Jon Krakauer.
             2.Novela de ajedrez. Stefan Zweig.             

domingo, 31 de mayo de 2015

Cometario sobre el libro "Novela de Ajedrez".

       Me sorprendió que, después del combate con Czentovic, en el que al final, el señor B, 
enloqueció como cuando estaba en la cárcel; este lograse recuperarse de su obsesión de 
nuevo, pues pensé que quizá no se recuperase. Aunque me hubiese gustado que hubiera 
ganado; de modo que quizá, hubiera bajado el nivel de altividad de Czentovic, lo que es poco probable; sin embargo, Czentovic tuvo que recurrir a la táctica de usar siempre el tiempo máximo entre movimientos, hablado antes de comenzar la partida (diez minutos), para impacientar al señor B, quien podía ver al momento seis movimientos por delante; es 
probablemente porque sabía que no podría ganarlo, o al menos, lo dudaba. De todas formas, creo que si el señor B no se hubiese equivocado momentáneamente con una de las partidas de ajedrez que construía mentalmente mientras esperaba el movimiento de su contrincante y por ello abandonase la partida; lo hubiese ganado.

domingo, 15 de marzo de 2015

Comentario de "Hacia rutas salvajes"

Me impresiona que Chris McCandles haya encontrado a tanta gente dispuesta a ayudarle durante su viaje y su viaje, realmente, fue interesante y tuvo que ser hábil para llegar hasta donde llegó.

Sin embargo, espero que fuese consciente, antes de ir a Alaska, de que probablemente no volviera, y así, abandonase a tudas esas personas a las que conoció y a su propia familia. Claro que, si realmente era lo que quería hacer, a pesar de las posibles consecuencias; me alegro por él de que lo hiciera, puesto que nadie tendría el derecho de impedírselo. Aún así, en el hipotético caso de que yo quisiera hacer algo así (que no querría), no lo haría puesto que me parecería egoísta por mi parte.


Creo que el mayor error de “Alex” fue contemplar el camino que él eligió como un camino superior o más correcto que otros, puesto que esto lo estancó e impidió comprender los demás caminos en su totalidad (quizá por miedo de que le hicieran dudar del suyo)  y contemplar la infinidad de ellos que no conocía. Una pena.